La esperada película de Martin Scorsese, Los asesinos de la luna, adaptación del libro homónimo de David Grann, está preparada para desvelar un capítulo oscuro y escalofriante de la historia estadounidense. La cinta, con un presupuesto de 200 millones de dólares, se sumerge de lleno en el Reino del Terror, término acuñado por la Nación Osage, que fue testigo de los asesinatos de, por lo menos, 60 miembros de la comunidad a finales de la década de 1920.
A través de un brillante reparto en el que figuran Leonardo DiCaprio, Lily Gladstone y Robert De Niro, se desarrolla esta historia de crímenes reales que revela una espeluznante conspiración arraigada en la codicia y la traición.
La riqueza petrolífera de los Osage
Los cimientos de este apasionante relato se sitúa a principios de la década de 1870, cuando el gobierno de Estados Unidos obligó al pueblo Osage a abandonar sus tierras de Kansas y trasladarse al noreste de Oklahoma. Nadie sabía que esas tierras, aparentemente sin valor, contenían vastas reservas de petróleo. Los Osage, que conservaban los derechos mineros sobre sus nuevas tierras, se hicieron de oro cuando los buscadores acudieron en masa a pagarles por los arrendamientos y los cánones del petróleo extraído.
Solo en 1923, la tribu Osage ganó la asombrosa cifra de 30 millones de dólares en regalías, equivalente a 540 millones de dólares en la actualidad. Estos cánones, conocidos como “headrights”, proporcionaban a cada miembro de la tribu unos ingresos sustanciales, de hasta 13.000 dólares al año, equivalentes a 232.000 dólares en la actualidad, lo que les convertía en el pueblo más rico per cápita del mundo.
El plan desvelado
William K. Hale (De Niro), un ganadero blanco que se apodaba a sí mismo el “Rey de las colinas Osage”, entra en escena como cerebro de un siniestro complot. Hale comprendió que si los hombres que no eran Osage se casaban con mujeres de ese clan, heredarían legalmente las regalías petroleras de las esposas. Mientras existiera un matrimonio legal, Hale podría orquestar el asesinato de un Osage, pasando el dinero a su cónyuge blanco. Estos matrimonios, sin embargo, eran la única forma de acceder a los valiosos “headrights”, ya que no se podían comprar ni vender.
Hale convenció a su sobrino, Ernest, interpretado por Leonardo DiCaprio, para que se casara con la rica mujer Osage Mollie, personaje de Lily Gladstone. Su matrimonio en 1917 marcó el inicio de una serie de truculentos acontecimientos orquestados por Hale. Planeó envenenamientos y asesinatos para acumular la riqueza de los Osage. Con los “headrights” alcanzando valores astronómicos, el motivo de los asesinatos se hizo horripilantemente claro.
Una escalofriante conspiración desentrañada
El Reinado del Terror de los Osage comprendió una serie de asesinatos, algunos más difíciles de probar como homicidios que otros. Los asesinatos, que incluían envenenamientos e incluso la explosión de una casa, llamaron la atención del recién creado FBI. El detective Tom White, interpretado por Jesse Plemons, y su equipo se adentraron en la Nación Osage para investigar los asesinatos. Al incrustarse en la comunidad, se ganaron la confianza de los miembros, y la espeluznante verdad sobre el imperio criminal de Hale empezó a salir a la luz.
Se hizo justicia
En 1926, Hale y Ernest fueron detenidos por el asesinato de Rita Smith y su marido, Bill. Durante el juicio, Ernest confesó su papel y desenmascaró a Hale como autor intelectual. Hale fue condenado a cadena perpetua, pero en 1947 obtuvo la libertad condicional tras 18 años. Ernest también fue condenado a cadena perpetua, pero obtuvo la libertad condicional en 1937. Mollie, que había sido envenenada lentamente por Ernest, se recuperó y se divorció de él. Más tarde, en 1937, falleció por causas no relacionadas. Los tres hijos que tuvo con Ernest heredaron su patrimonio, y las cicatrices de la traición aún resuenan en la comunidad Osage.
La perspectiva de la película
La adaptación cinematográfica pretende destacar el matrimonio de Mollie y Ernest como motor de la historia. Scorsese quería explorar la naturaleza de la codicia y la traición que condujeron a un genocidio escalofriante. Aunque el retrato del amor de Ernest por Mollie es controvertido para algunos, pone de relieve la complejidad de los personajes implicados en este oscuro episodio de la historia.
Al respecto, el maestro dijo: «Es interesante ver cómo la corrupción se infiltra en todos los aspectos de tu vida porque no reaccionas contra ella, no hablas» y citó como ejemplo el símil de El lobo de Wall Street: «Un periodista me dijo que hubo una proyección de la película en Paramount para los críticos en Nueva York. Había dos bandos, uno que amaba la película y el otro que estaba furioso, diciendo que no había adoptado una postura moral sobre Jordan Belfort».
Continúa: «Uno de los críticos del otro grupo, al que le gustó la película, dijo: “¿Realmente necesitas que Martin Scorsese te diga que eso está mal?”».
Los asesinos de la luna promete ser una experiencia cinematográfica absorbente y desgarradora, que arrojará luz sobre una parte poco conocida pero oscura de la historia de Estados Unidos. La película, con un reparto repleto de estrellas y la dirección de Martin Scorsese, está destinada a conmover al público, recordándonos los horrores del pasado y la resistencia de quienes sobrevivieron a ellos.
