Crítica de ‘Challengers’: Zendaya y Luca Guadagnino superan todas las expectativas

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Me encanta cómo Luca Guadagnino explora las relaciones y sus complejidades con una perspectiva que siempre va más allá, y lo hace desde la simplicidad, ya sea el amor imposible en Call Me By Your Name o un romance aterrador como lo fue Bones and All. Ahora nos presenta un triángulo amoroso, que aunque podría considerarse el tema principal y la premisa básica, va mucho más allá. En Challengers, el tema es la ambición, la obsesión, la sensualidad, el sexo y las relaciones; todo esto.

La cinematografía de Challengers (a cargo de Sayombhu Mukdeeprom) me parece increíble y, sobre todo, innovadora. Todo te hace sentir que estás en el clímax de un partido de tenis. Desde el score, los movimientos de la cámara, el sudor hasta los gemidos, es un constante ir y venir que refleja verdaderamente el ritmo de un partido de tenis, con un soundtrack tan vibrante. Los vaivenes, la ambición, la obsesión, la indecisión: no importa quién gane, lo que importa es lo que sucede en la cancha. La tensión sexual entre estos personajes (Tashi, Art y Patrick) ni siquiera proviene del sexo, sino del juego. Todo es verdaderamente único.

Zendaya, Mike Faist y Josh O'Connor en Desafiantes (2024)

Si me preguntan qué elemento repite Guadagnino en sus películas, podría ser el cuidado que pone en la química entre sus actores. La dinámica entre Zendaya, Mike Faist y Josh O’Connor, crea la combinación perfecta. Zendaya realmente brilla en esta película, pero aquí nadie se queda atrás.

Estas son las películas que me hacen salir del cine con ganas de gritar de emoción porque no puedo creer lo que acabo de presenciar. Agradezco poder ver este tipo de historias en el cine. Challengers era una de las películas que más esperaba este año, y puedo decir que, aunque no fue exactamente lo que esperaba, fue mucho mejor.

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