Hermana Muerte es una precuela del aclamado éxito de terror español de 2017, Verónica, que se acaba de sumar a la escalofriante lista de películas de miedo de Netflix justo a tiempo para Halloween. Dirigida por el genio del suspense, Paco Plaza, y ambientada en la posguerra española, esta estremecedora ficción sigue el viaje de la hermana Narcisa, encarnada magistralmente por Aria Bedmar. La joven novicia acepta un puesto como profesora en un convento, impulsada por sus conflictos internos sobre la fe, el compromiso y un deseo innato de convertirse en monja. Sin embargo, lo que descubre entre los muros del claustro la sacudirá hasta lo más profundo de su ser. ¡Alerta de spoilers!
Ahora que la película está disponible en Netflix, es el momento de desentrañar la desgarradora conclusión de la cinta, una revelación que no solo provoca escalofríos, sino que también allana el camino a Verónica.
La niña santa de Peroblasco
La tranquila y sombría existencia de la hermana Narcisa da un giro estremecedor cuando empieza a sentir que algo no va bien entre las paredes del convento. No es la brisa de la mañana la que derriba la silla, y la joven novicia lo sabe.
Acosada por inquietantes pesadillas y desconcertada por la desaparición de su predecesora, la hermana Inés, no puede evitar profundizar en el enigma que envuelve a las niñas del convento. Todas estas obsesiones se ven agravadas por sus propias dudas crecientes sobre su fe y su papel como una de las “novias de Cristo”. Sin embargo, hay una capa más profunda en el tormento de la hermana Narcisa: el recuerdo de su pasado como la Niña Santa de Peroblasco.
En sus primeros años de vida, se convirtió en una sensación mediática por sus supuestas visiones de la Virgen María. Ahora, se enfrenta a la desconcertante creencia de que todo fue una farsa. El temor de que sus dones divinos no fueran más que una pantomima la empuja a acoger bajo su protección a una de sus alumnas, Rosa, quien es la única testigo de las fuerzas invisibles en juego.
Para probar la autenticidad de sus habilidades divinas, Narcisa, desesperada por encontrar consuelo a su confusión interior, anima a Rosa a completar un juego del ahorcado que ha aparecido en la pared de su habitación. Al final, no puede ver lo que Rosa percibe justo detrás de ella. Momentos después, la joven estudiante desaparece misteriosamente y más tarde es descubierta ahorcada en el confesionario, un sombrío cumplimiento de las ominosas advertencias del espíritu. Cargada de culpa y conflicto interior, Sor Narcisa decide abandonar el convento, eligiendo como salida el día de un esperado eclipse solar.
¿Qué pasa al final de Hermana Muerte?
Adoptando una postura que recuerda sus visiones infantiles de la Virgen María, arrodillada con los brazos extendidos como si estuviera crucificada, la hermana Narcisa mira directamente al eclipse y su vista queda irrevocablemente dañada. Una advertencia para todos: nunca intenten esto en casa.
Este es el punto en el que los límites entre el pasado y el presente empiezan a difuminarse, y la verdad de la oscura historia del convento comienza a revelarse gracias a las visiones de Narcisa. Todo se remonta a la Guerra Civil española, cuando el monasterio fue víctima de los merodeadores que se aprovecharon de los tiempos caóticos. Sus acciones fueron más allá del robo y culminaron con la atroz violación de la hermana Socorro.
Las otras monjas, desesperadas por ocultar este sombrío hecho, ocultaron a Socorro, que quedó embarazada. Años después, cuando su hija cayó gravemente enferma, negaron sus súplicas para que buscaran ayuda médica, optando en su lugar por un baño frío para calmar la fiebre. Trágicamente, la lucha de la pequeña provocó un accidente mortal en la tina.
La inquebrantable búsqueda de la verdad por parte de la hermana Narcisa, abre una puerta al espíritu de la hermana Socorro para que cobre venganza contra quienes la agraviaron. En un clímax sobrenatural, la Hermana Julia tiene un final escalofriante, aplastada por una estatua, y la abadesa muere en las aguas manchadas de sangre de la bañera, donde la hija de Socorro encontró su prematuro final.
Así, mientras Socorro y su hija encuentran su esquiva paz, la búsqueda de la fe de Sor Narcisa da un vuelco inesperado, desdibujando los límites entre lo sagrado y lo profano.
La conexión entre Hermana Muerte y Verónica
Los momentos finales de Hermana Muerte nos trasladan a los años 90, donde vemos a la hermana Narcisa iniciando su labor como maestra en Madrid. La actriz Sandra Escacena retoma brevemente su papel de Verónica, quien luce visiblemente desconcertada por la presencia de su nueva profesora.
Esta punzante conexión entre Hermana Muerte y Verónica demuestra la intrincada red narrativa tejida, aunque sin intención, por el director Paco Plaza. “Ahora, viendo las dos pelis juntas, sí parece como que el eclipse de Verónica le está recordando algo de su propia experiencia a la Hermana Muerte, aunque ha sido de una manera totalmente involuntaria. A mí me gusta mucho cuando estas películas no son excesivamente deudoras, que puedas verlas de forma independiente, pero que a la vez haya algún elemento para el que esté al corriente de la otra película y cobre un sentido añadido”, declaró el cineasta español a El Diario.
